CREER ES VIVIR EN ARMONÍA

¿Lo crees?

“Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

El Apóstol Pablo quedó muy agradecido con los filipenses por el apoyo económico que había recibido para el sustento de sus viajes misioneros. Sin duda él llegó a lugares donde no lo conocían, donde no sabía dónde dormir o comer; una parte de sus necesidades fueron suplidas por los creyentes agradecidos. Hombres y mujeres habían sido usados para abastecerle de las necesidades que tenía, y fue Dios quien movió el corazón de ellos para precisamente dar.
Pablo dependía de Dios, él conocía a quien servía, y sabía que lo que Dios hizo por él lo haría por sus hermanos en Cristo. Por eso dijo con toda seguridad y confianza que “Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten”.

En Juan 1:12 dice: “pero a todos los que creyeron en él (Jesús) y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.” Esta declaración de que somos hijos de Dios por medio de Jesús tiene la consecuencia de que también hemos obtenido las riquezas inimaginables e inalcanzables por nosotros mismos.

Entonces es de hecho que como hijos tenemos acceso a todas las bendiciones que ha prometido nuestro Padre; Pablo lo experimentó y también muchos más, pero cumplieron un requisito: Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
(Mateo 6:33).
”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas.

Su labor, entrega y servicio dieron frutos.

Posiblemente tengas en el corazón un anhelo y has cumplido con el requisito pero aún no viste respuesta, estás desanimado y cansado de esperar. Hoy piensa que Dios está trabajando en silencio y que tu corazón tenga la seguridad de que Dios contestará esa petición en un tiempo perfecto; como dijo el mismo Jesús: “Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?” Mateo 6: 30

Mateo 6:25-34.
”Por esto les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa? 26 Observen atentamente las aves del cielo, porque ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; no obstante, su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? 27 ¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida? 28 También, en cuanto al asunto de ropa, ¿por qué se inquietan? Aprendan una lección de los lirios del campo, cómo crecen; no se afanan, ni hilan; 29 pero les digo que ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos. 30 Pues bien, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe? 31 Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. 32 Porque todas estas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.
33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.

Las necesidades son variables en cada vida, pero tenemos un Dios que abastece todo. Ya nos dio lo principal, a Jesús, entonces ¿no tendrá cuidado de darnos lo demás?

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