VERACIDAD DE LA
BIBLIA
En Audio
El Nuevo Testamento es el mejor libro atestiguado
de la historia antigua, ambos en términos del número de manuscritos y en la
cercanía de esos manuscritos en la fecha del original. Lo que eso prueba es que
el texto del Nuevo testamento que tenemos hoy es casi exactamente lo mismo al
texto como fue originalmente escrito. De las aproximadas 138.000 palabras que se
encuentran en el Nuevo Testamento solamente casi 1.400 permanecen en duda. Por
lo tanto, el texto del Nuevo Testamento está establecido en casi un 99%. Eso
quiere decir que hoy cuando usted toma en sus manos un Nuevo Testamente (en
griego), usted puede tener la confianza de que usted está leyendo el texto de la
manera que fue originalmente escrito. Además, ese 1% que queda siendo incierto
tiene que ver con palabras triviales las cuales no sostienen nada importante.
Esa conclusión es importante ya que ella hace explotar las afirmaciones de los
musulmanes, los mormones y de otros de que el texto del Nuevo Testamento está
corrompido, de manera que ya no podemos leer el texto original. Es digno de una
inspiración asombrosa el pensar que podemos saber con confianza que cuando
levantamos una copia de la carta de Pablo a la iglesia de Roma, por ejemplo,
estamos leyendo las mismitas palabras que él escribió hace casi 2,000 años.
Erudito del nuevo testamento, profesor William Lane Craig, Universidad de Talbot.
No necesitamos preocuparnos por defender cada
afirmación de los Evangelios que se le atribuye a Jesús en los evangelios; la
pregunta será si podemos establecer suficiente acerca de Jesús para hacer que
nuestra fe en él sea racional.
Estoy convencido que sí podemos. De hecho, me sorprende lo mucho que podemos
establecer de la vida de Jesús, incluyendo sus afirmaciones radicales
personales, su muerte en un madero, su sepultura en una tumba, el descubrimiento
de que su tumba estaba vacía, sus apariciones post-mortem y sus discípulos
viniendo repentina y sinceramente a creer que Dios le había resucitado de entre
los muertos.
tenemos razones completamente sólidas para creer
en Cristo sobre la base de los hechos históricos conservados acerca de él en los
Evangelios.
Los escritores de los Evangelios estaban tratando
de escribir un relato histórico acerca de personas, lugares, y acontecimientos
reales (sólo basta con echarle un vistazo a Lucas 3.1-4).
Lucas 3.1-4.-
Puesto que muchos han emprendido la recopilación de una declaración de los
hechos que entre nosotros están plenamente acreditados, 2 así como nos los
entregaron los que desde el principio llegaron a ser testigos oculares y
servidores del mensaje, 3 yo también, porque he investigado todas las cosas
desde el comienzo con exactitud, resolví escribírtelas en orden lógico,
excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas plenamente la certeza de las cosas
que se te han enseñado oralmente.
Entonces, ¿tuvieron ellos éxito en aclarar los
hechos acerca de Jesús de Nazaret?
Hay dos maneras de responder a esa pregunta. Una manera sería evaluando la
credibilidad general de los relatos del Evangelio. Échele un vistazo a mi
artículo titulado “The Evidence for Jesus” (La Evidencia a favor de Jesús) en
este sitio web en la sección “Popular Articles” (Artículos Populares) para ver
cinco líneas de evidencia que apoyan la credibilidad general de los registros
del Evangelio de la vida de Jesús.
Amplio espectro de críticos del Nuevo Testamento
que enseñan en universidades seculares y seminarios no evangélicos, la mayoría
de ellos ha llegado a considerar como históricos los hechos básicos que apoyan
la resurrección de Jesús.
Estos hechos son los siguientes:
HECHO #1: Después de su muerte en el
madero, Jesús fue sepultado en una tumba por José de Arimatea. Este hecho es
altamente significativo porque implica, contrariamente a los críticos radicales
como John Dominic Crossan del Seminario de Jesús, que la ubicación del sitio de
entierro de Jesús era conocido para judíos y cristianos por igual. En ese caso,
los discípulos jamás podrían haber proclamado su resurrección en Jerusalén si la
tumba no hubiera estado vacía. Los investigadores del Nuevo Testamento han
establecido este primer hecho sobre la base de evidencia tal como la siguiente:
1. La sepultura de Jesús es atestada por una
tradición muy antigua citada por Pablo en 1 Corintios. 15.3-5:
Porque ante todo les
transmití a ustedes lo que yo mismo recibí:
... que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
que fue sepultado,
que resucitó al tercer día según las Escrituras,
y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
(1Corintios; 15:3-5 NVI).
Pablo no sólo usa los términos rabínicos típicos
"recibir" y "transmitir" con respecto a la información que está entregando a los
corintios, si no que los versículos, 3-5, son una fórmula de cuatro líneas
altamente estilizada, llena de características no paulinas. Esto ha convencido a
todos los estudiosos que Pablo está, tal como afirma, citando una antigua
tradición que él mismo recibió después de su conversión al cristianismo. Esta
tradición probablemente se remonta, por lo menos, a la visita de investigación
que Pablo hizo a Jerusalén alrededor del año 36 Después de Cristo, cuando pasó
dos semanas con Cefas y Santiago.
(Gálatas 1.18).-
Entonces, tres años después subí a Jerusalén para visitar
a Cefas, y me quedé con él quince días.
Data así de un período de cinco años desde de la
muerte de Jesús. Tan corto espacio de tiempo, y tal contacto personal hace
infundado hablar de leyenda en este caso.
2. La historia del entierro es la parte del
material de una fuente muy antigua usada por Marcos al escribir su evangelio.
Los evangelios tienden a consistir en breves instantáneas de la vida de Jesús
vagamente conectadas y no siempre cronológicamente ordenadas. Pero al llegar a
la historia de la Pasión nos encontramos con una narrativa fluida y continua.
Esto sugiere que la historia de la Pasión fue una de las fuentes de información
que Marcos usó para escribir su evangelio. Ahora, la mayoría de los estudiosos
piensa que Marcos es ya el evangelio más temprano, y la fuente de Marcos de la
pasión de Jesús es, por supuesto, aún más antigua. Una comparación de las
narraciones de los cuatro evangelios revela que sus recuentos no divergen entre
si, si no hasta después de la sepultura. Esto implica que el recuento del
entierro era parte de la historia de la pasión. De nuevo, su antigüedad milita
contra la posibilidad de que sea legendaria.
3. Como miembro del tribunal judío que condenó a
Jesús, es improbable que José de Arimatea sea una invención cristiana. Había un
fuerte resentimiento contra los dirigentes judíos a causa de su papel en la
condena de Jesús.
(1 Tesalonicenses. 2.14-16).-
Porque ustedes se hicieron imitadores, hermanos, de las congregaciones de Dios
que están en Judea en unión con Cristo Jesús, porque ustedes también empezaron a
sufrir a manos de sus propios compatriotas las mismas cosas que ellos también
están sufriendo a manos de los judíos, 15 los cuales mataron hasta al Señor
Jesús y a los profetas, y a nosotros nos persiguieron. Además, ellos no agradan
a Dios, sino que están en contra de los intereses de todos los hombres, 16
puesto que tratan de estorbar el que hablemos a gente de las naciones para que
estas se salven, con el resultado de que siempre colman la medida de sus
pecados. Pero al fin la ira de él ha venido sobre ellos.
Es, por consiguiente, muy improbable que los
cristianos inventaran que un miembro del tribunal que condenó a Jesús honrara a
Jesús dándole una sepultura apropiada en lugar de permitirle ser despachado como
un delincuente común.
4. No existe ninguna otra historia de la
sepultura competidora. Si el entierro por José fuera ficticio, esperaríamos
encontrar algún rastro histórico de lo que realmente sucedió con el cadáver de
Jesús, o por lo menos alguna leyenda competidora. Sin embargo, todas nuestras
fuentes son unánimes en el entierro honorable de Jesús por José.
Por ésta y otras razones, la mayoría de críticos
del Nuevo Testamento concuerdan que Jesús fue sepultado en una tumba por José de
Arimatea. Según el fallecido John A. T. Robinson de la Universidad de Cambridge,
el entierro de Jesús en sepulcro es "uno de los más tempranos y mejor atestados
hechos acerca de Jesús."1.
HECHO #2: En el domingo siguiente a la
crucifixión, la tumba de Jesús fue hallada vacía por un grupo de sus seguidoras.
Entre las razones que han llevado la mayoría de los estudiosos a esta conclusión
están las siguientes:
1. La historia de la tumba vacía también es parte
de la antigua fuente de la pasión usada por Marcos. La fuente de la pasión usada
por Marcos no concluía en muerte y derrota, sino con la historia de la tumba
vacía, que es gramaticalmente de una pieza con la historia de la sepultura.
2. La antigua tradición citada por Pablo en 1
Corintios. 15.3-5 implica el hecho de la tumba vacía. Para cualquier judío del
primer siglo, decir de un muerto "que fue enterrado y que fue levantado" es
implicar que quedó atrás una tumba vacante. Es más, la expresión "en el tercer
día" probablemente deriva de la visita de las mujeres a la tumba en el tercer
día, en la forma judía de contar, desde la muerte en el madero. La tradición de
cuatro versos citada por Pablo resume tanto el recuento de los evangelios como
la temprana predicación apostólica. (Hechos 13. 26-31).- Significativamente, la
tercera línea de la tradición corresponde a la historia de la tumba vacía.
(Hechos 13. 26-31).-
”Varones, hermanos, ustedes los hijos de la cepa de
Abrahán y los demás entre ustedes que temen a Dios, la palabra de esta salvación
ha sido enviada a nosotros. 27 Porque los habitantes de Jerusalén y sus
gobernantes no conocieron a Este, sino que, al ejercer las funciones de jueces,
cumplieron las cosas dichas por voz de los Profetas, las cuales se leen en voz
alta todos los sábados, 28 y, aunque no hallaron en él causa alguna de muerte,
exigieron de Pilato que fuera ejecutado. 29 Ahora bien, cuando hubieron llevado
a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero
y lo pusieron en una tumba conmemorativa. 30 Pero Dios lo levantó de entre los
muertos; 31 y por muchos días se hizo visible a los que habían subido con él de
Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son testigos de él al pueblo.
3. La historia es simple y carece de señales de
embellecimiento legendario. Todo lo que uno tiene que hacer para apreciar este
punto es comparar el recuento de Marcos con las locas historias legendarias que
hallamos en los evangelios apócrifos del siglo segundo, en los que Jesús es
visto salir de la tumba con su cabeza alcanzando por sobre las nubes y ¡seguido
por una cruz parlante!.
4. El hecho que el testimonio de una mujer era
despreciado en la Palestina del siglo primero está a favor del rol de las
mujeres en el descubrimiento de la tumba vacía. Según Josefo, el testimonio de
las mujeres era considerado de tan poco valor que ni siquiera era admisible en
un tribunal de justicia judío. Cualquier historia legendaria tardía habría
hecho, ciertamente, a discípulos masculinos descubrir la tumba vacía.
5. La temprana alegación judía de que los
discípulos habían robado el cuerpo de Jesús (Mateo. 28.15) demuestra que el
cuerpo había, de hecho, desaparecido de la tumba. La respuesta judía más
temprana a la proclamación de los discípulos de que, "¡Él ha resucitado de los
muertos!" no era indicar su tumba ocupada y reírse ellos como fanáticos, sino
afirmar que ellos se habían llevado el cuerpo de Jesús. Así, tenemos evidencia
de la tumba vacía viniendo de los propios oponentes de los primeros cristianos.
(Mateo. 28.1-15).-
Después del sábado, cuando esclarecía el primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro.
2 Y, ¡atención!, había ocurrido un gran terremoto; porque el ángel de Jehová
había descendido del cielo, y se había acercado, y había hecho rodar la piedra,
y estaba sentado sobre ella. 3 Su apariencia exterior era como el relámpago; y
su ropa, blanca como la nieve. 4 Sí, por temor a él los guardias temblaron y
quedaron como muertos.
5 Pero el ángel, tomando la palabra, dijo a las mujeres: “No teman, porque sé
que buscan a Jesús, que fue fijado en un madero.* 6 No está aquí, porque ha sido
levantado, como dijo. Vengan, vean el lugar donde yacía. 7 Y vayan de prisa y
digan a sus discípulos que él ha sido levantado de entre los muertos, y,
¡miren!, va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán. ¡Miren! Se lo he
dicho”.
8 De modo que ellas, yéndose de prisa de la tumba conmemorativa, con temor y
gran gozo, corrieron a informarlo a sus discípulos. 9 Y, ¡mire!, Jesús se
encontró con ellas y dijo: “¡Buenos días!”. Ellas se acercaron y lo asieron de
los pies y le rindieron homenaje. 10 Entonces Jesús les dijo: “¡No teman! Vayan,
informen a mis hermanos, para que se vayan a Galilea; y allí me verán”. Mientras
ellas iban por su camino, ¡mire!, algunos de la guardia fueron a la ciudad e
informaron a los sacerdotes principales todas las cosas que habían sucedido. 12
Y después que estos se hubieron reunido con los ancianos y entrado en consejo,
dieron una cantidad suficiente de piezas de plata a los soldados 13 y dijeron:
“Digan: ‘Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron mientras nosotros
dormíamos’. 14 Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo persuadiremos
y los libraremos a ustedes de toda preocupación”. 15 De modo que ellos tomaron
las piezas de plata e hicieron como se les instruyó; y este dicho se ha
divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.
Podríamos continuar, pero creo que se ha dicho que lo suficiente para indicar
por qué, en las palabras de Jacob Kremer, un especialista austriaco en la
resurrección, "Por lejos, la mayoría de los exegetas sostiene firmemente a la
fiabilidad de las declaraciones bíblicas acerca de la tumba vacía."2.
HECHO #3:
En múltiples ocasiones y bajo
variadas circunstancias, distintos individuos y grupos de personas
experimentaron apariciones de Jesús vivo después de su muerte.
Éste es un hecho que es reconocido casi universalmente entre los estudiosos del
Nuevo Testamento, por las siguientes razones:
1. La lista de testigos de las apariciones del
Jesús resucitado, citadas por Pablo en 1 Corintios. 15. 5-7 garantiza que dichas
apariciones ocurrieron. Estos incluían a Pedro (Cefas), los Doce, 500 hermanos,
y Santiago.
1 Corintios. 15. 3-8.-
Porque les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo
también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; 4 y que fue enterrado, sí, que
ha sido levantado al tercer día según las Escrituras; 5 y que se apareció a
Cefas, entonces a los doce. 6 Después de eso se apareció a más de quinientos
hermanos de una vez, de los cuales la mayoría permanece hasta ahora, pero
algunos se han dormido en la muerte. 7 Después de eso se apareció a Santiago,
luego a todos los apóstoles; 8 pero último de todos también se me apareció a mí
como si fuera a uno nacido prematuramente.
2. Las tradiciones de las apariciones en los
evangelios proporcionan atestación múltiple e independiente de las mismas. Ésta
es una de las marcas más importantes de historicidad. La aparición a Pedro es
atestada independientemente por Lucas, y la aparición a los Doce por Lucas y
Juan. También tenemos el testimonio independiente de las apariciones galileas en
Marcos, Mateo y Juan, así como a las mujeres en Mateo y Juan.
3. Ciertas apariciones tienen señales de historicidad. Por ejemplo, tenemos
buena evidencia en los evangelios que ni Santiago ni ninguno de los hermanos
menores de Jesús creyeron en él durante su vida. No hay ninguna razón para
pensar que la iglesia primitiva generaría historias ficticias acerca de la
incredulidad de la familia de Jesús si hubieran sido desde un principio
seguidores fieles. Pero es indiscutible que Santiago y sus hermanos se volvieron
creyentes cristianos activos después de la muerte de Jesús. Santiago fue
considerado un apóstol y eventualmente ascendió a una posición de liderazgo en
la iglesia de Jerusalén. Según el historiador judío del primer siglo, Josefo,
Santiago fue martirizado por su fe en Cristo hacia fines de la década del 60
Después de Cristo. Ahora, la mayoría de nosotros tiene hermanos. ¿Qué se
necesitaría para convencerlos que su hermano es el Señor, de tal modo que
estuvieran dispuestos a morir por esa creencia? ¿Puede haber alguna duda de que
esta notable transformación en el hermano menor de Jesús tuvo lugar porque, en
palabras de Pablo, "entonces apareció a Santiago"?
Incluso Gert Lüdemann, un destacado estudioso alemán crítico de la Resurrección,
admite, "puede tomarse como históricamente cierto que Pedro y los discípulos
tuvieron experiencias después de la muerte de Jesús en que Jesús se les apareció
como el Cristo resucitado."3.
HECHO #4:
Los discípulos originales creyeron que Jesús había sido
levantado de entre los muertos a pesar de tener toda predisposición en contra de
ello. Piense en la situación que los discípulos enfrentaron después de la muerte
en el madero de Jesús:
1. Su líder estaba muerto. Y los judíos no tenían ninguna creencia un Mesías que
muriese, mucho menos que resucitase. Se suponía que el Mesías debía expulsar a
los enemigos de Israel (= Roma) y restablecer el Reino Davídico, no sufrir la
muerte ignominiosa de un criminal.
2. Según la ley judía, la ejecución de Jesús como un criminal demostraba que era
un hereje, un hombre literalmente bajo la maldición de Dios.
(Deuteronomio. 21.22-23).- ”Y
en caso de que llegue a haber en un hombre un pecado que merezca la sentencia de
muerte, y se le haya dado muerte, y lo hayas colgado en un madero, 23 su cuerpo
muerto no debería quedarse toda la noche en el madero; antes bien, sin falta
debes enterrarlo ese mismo día, porque cosa maldita de Dios es el que ha sido
colgado; y no debes contaminar tu suelo, que Jehová tu Dios te da como herencia.
La catástrofe de la muerte colgado en un madero para los discípulos no era
simplemente que su Maestro se hubiera ido, sino que la muerte colgado en un
madero, demostraba que, en efecto, los Fariseos habían tenido razón desde el
principio, que durante tres años habían estado siguiendo a un hereje, ¡a un
hombre maldito por Dios!.
3. Las creencias judías acerca de la otra vida prelucían que alguien fuese
levantado de entre los muertos a gloria e inmortalidad antes de la resurrección
general en el Fin del mundo. Todo lo que los discípulos podían hacer que era
conservar la tumba de su Maestro como un santuario dónde sus huesos podrían
residir hasta el día en que los muertos justos de Israel fuesen levantados por
Dios a la gloria.
A pesar de todo esto, los discípulos originales creyeron en El y estaban deseoso
de ir a la muerte, por el hecho de la resurrección de Jesús. Luke Johnson, un
estudioso del Nuevo Testamento de la Universidad de Emory, reflexiona, ."se
requiere alguna clase experiencia poderosa y transformativa para generar el tipo
de movimiento que el Cristianismo más temprano era. 4 N. T.
Wright, un eminente estudioso británico, concluye,
"es por eso que, como
historiador, no puedo explicar el surgimiento del cristianismo primitivo a menos
que Jesús se halla levantado nuevamente, dejando una tumba vacía tras él."5.
En resumen, hay cuatro hechos aceptados por la mayoría de los estudiosos que han
escrito sobre esta materia que cualquier hipótesis histórica adecuada debe
responder: la sepultura de Jesús por José de Arimatea, el descubrimiento de su
tumba vacía, sus apariciones después de la muerte, y el origen de la creencia de
los discípulos en su resurrección.
Ahora la pregunta es: ¿cuál es la mejor explicación de estos cuatro hechos? La
mayoría de los estudiosos probablemente permanece agnóstico sobre esta pregunta.
Pero el cristiano puede sostener que la hipótesis que mejor explica estos hechos
es. "Dios resucitó a Jesús de entre los muertos."
En su libro que "Justifying Historical Descriptions", el historiador C. B.
Mc. Cullagh, lista seis tests, que los historiadores usan para determinar cual es la
mejor explicación para ciertos hechos históricos dados. La hipótesis "Dios
resucitó a Jesús de entre los muertos" pasa todas estos tests:
1. Tiene mayor alcance explicativo: explica por qué la tumba fue hallada vacía,
por qué los discípulos vieron apariciones después de la muerte de Jesús, y por
qué la fe cristiana llegó a existir.
2. Tiene mayor poder explicativo: explica por qué el cuerpo de Jesús
desapareció, por qué varias personas vieron a Jesús vivo en repetidas
oportunidades, a pesar de su ejecución pública previa, etcétera.
3. Es plausible: dado el contexto histórico de la propia vida y afirmaciones
incomparables de Jesús, la resurrección sirve como confirmación divina de esas
pretensiones radicales.
4. No es algo artificial: requiere sólo una hipótesis adicional: que Dios
existe. Y ni siquiera esa es necesariamente una hipótesis adicional si uno ya
cree en la existencia de Dios.
5. Está de acuerdo con creencias aceptadas. La hipótesis: "Dios resucitó a Jesús
de entre los muertos" no contradice en forma alguna la creencia aceptada de que
las personas no resucitan naturalmente. El cristiano acepta dicha creencia de
todo corazón, tal como acepta la hipótesis de que Dios resucitó a Jesús de entre
los muertos.
6. Supera ampliamente a las hipótesis rivales en cumplir las condiciones
(1)-(5). A través de la historia se han ofrecido variadas explicaciones
alternativas de los hechos, por ejemplo, la hipótesis de la conspiración, la
hipótesis de la muerte aparente, la hipótesis de la alucinación, y así. Tales
hipótesis han sido rechazadas casi universalmente por la erudición
contemporánea. Ninguna de estas hipótesis naturalistas tiene éxito en cumplir
las condiciones tan bien como la hipótesis de la resurrección.
Y el libro que explica ampliamente este hecho tan importantísimo y
trascendental que nos garantiza primero (vida después de la muerte, mediante la
resurrección y después la vida eterna bajo el glorioso reino de Dios para los
fieles creyentes es la Santa Biblia, el Libro que Dios a regalado a la humanidad
para que sepan todas las cosas referentes a El y para que tengamos esperanza.
Que la gracia y la paz de nuestro Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo
este con vosotros.
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