María (madre de Jesús)
Maria, la madre de Jesús es la mujer
escogida por Dios y altamente favorecida que dio a luz a Jesús. Se mencionan
otras cinco Marías en la Biblia. Esta fue descendiente del rey David, de la
tribu de Judá, e hija de Elí. Cuando las Escrituras nos la presentan por primera
vez, está prometida para casarse con José, quien también es de la tribu de Judá
y descendiente de David.
¿Qué podemos aprender de lo que está registrado en la
Biblia acerca de María?.
1). Una lección sobre estar dispuestos a
escuchar lo que Dios dice mediante sus mensajeros aunque lo que oigamos quizás
nos perturbe al principio, o parezca imposible.
(Lucas. 1:24-37.)
Pero después de estos días Elisabet su esposa quedó
encinta; y se mantuvo recluida por cinco meses, y dijo: 25 “Así es como Jehová
ha tratado conmigo en estos días en que me ha dado su atención para quitar mi
oprobio entre los hombres”.
En el sexto mes de ella el ángel Gabriel fue enviado de
parte de Dios a una ciudad de Galilea cuyo nombre era Nazaret, 27 a una virgen
que estaba comprometida para casarse con un varón de nombre José, de la casa de
David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y cuando entró delante de ella,
dijo: “Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo”. 29 Pero ella se
turbó profundamente por el dicho, y razonaba sobre qué suerte de saludo sería
este. 30 De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado
favor con Dios; 31 y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y
has de ponerle por nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del
Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, 33 y reinará sobre
la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin”.
34 Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo
coito con varón alguno?”. 35 En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo
vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso,
también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios. 36 Y, ¡mira!, tu parienta
Elisabet también ha concebido ella misma un hijo, en su vejez, y este es el
sexto mes para ella, la llamada estéril; 37 porque con Dios ninguna declaración
será una imposibilidad”.
2). Ánimo para obrar en armonía con lo que
lleguemos a saber que es la voluntad de Dios, con plena confianza en él.
Lucas 1:38. Entonces dijo María: “¡Mira! ¡La esclava de Jehová! Efectúese conmigo según tu declaración”. Con eso, el ángel se fue de ella.
Como se muestra en Deuteronomio 22:23, 24, pudiera haber graves consecuencias para una joven judía si se descubría que estuviera encinta sin estar casada.
Deuteronomio 22:23,
24. ”En caso de que hubiera una muchacha virgen
comprometida con un hombre, y un hombre realmente la hallara en la ciudad y se
acostara con ella, 24 entonces ustedes tienen que sacar a ambos a la puerta de
aquella ciudad y lapidarlos, y ellos tienen que morir, la muchacha por razón de
que no gritó en la ciudad, y el hombre por razón de que humilló a la esposa de
su semejante. Así tienes que eliminar de en medio de ti lo que es malo.
3). Que Dios está dispuesto a utilizar a
alguien sin importar la posición social que ocupe.
Lucas 2:22-24. También, cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos conforme a la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo a Jehová, 23 así como está escrito en la ley de Jehová: “Todo varón que abre matriz tiene que ser llamado santo a Jehová”, 24 y para ofrecer sacrificio, según lo que se dice en la ley de Jehová: “Un par de tórtolas o dos pichones”.
Levítico 12:1-8.)
Y Jehová siguió hablando a Moisés, y dijo: 2 “Habla
a los hijos de Israel, y di: ‘En caso de que una mujer conciba descendencia y en
efecto dé a luz un varón, tiene que ser inmunda siete días; como en los días de
la impureza cuando está menstruando será inmunda. 3 Y al octavo día a él se le
circuncidará la carne de su prepucio. 4 Por otros treinta y tres días ella se
quedará en la sangre de purificación. No debe tocar ninguna cosa santa, y no
debe entrar en el lugar santo hasta que se cumplan los días de su purificación.
5 ”’Ahora bien, si da a luz una niña, entonces tiene que ser inmunda catorce
días, como durante su menstruación. Por sesenta y seis días más se quedará con
la sangre de purificación. 6 Entonces, al cumplirse los días de su purificación
por hijo o por hija, traerá un carnero joven en su primer año para una ofrenda
quemada y un pichón o una tórtola para una ofrenda por el pecado, a la entrada
de la tienda de reunión, al sacerdote. 7 Y él tiene que presentarlo delante de
Jehová y hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia de la fuente de
su sangre. Esta es la ley acerca de la que dé a luz niño o niña. 8 Pero si no
tiene lo suficiente para una oveja, entonces tiene que tomar dos tórtolas o dos
pichones, uno para una ofrenda quemada y uno para una ofrenda por el pecado, y
el sacerdote tiene que hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia’”.
4). Dar prominencia a los intereses
espirituales.
Lucas 2:41. Ahora bien, sus padres acostumbraban ir de año en año a Jerusalén para la fiesta de la pascua.
Hechos 1:14. Todos estos persistían de común acuerdo en oración, junto con algunas mujeres y María la madre de Jesús, y con los hermanos de él.
No se requería que las esposas judías
acompañaran a sus esposos en el largo viaje todos los años a Jerusalén durante
la época de la Pascua, pero María lo hacía.)
5). Aprecio a la pureza moral.
(Lucas. 1:34.)
Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no
estoy teniendo coito con varón alguno?”.
6). Diligencia en cuanto a enseñar a los
hijos la Palabra de Dios. (Esto se reflejó en lo que Jesús estuvo haciendo a los
12 años de edad.
Lucas 2:42. Y cuando él cumplió doce años de edad, subieron según la costumbre de la fiesta.
46-49.)
Pues bien, después de tres días lo hallaron en el templo,
sentado en medio de los maestros, y escuchándoles e interrogándolos. 47 Pero
todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus
respuestas. 48 Pues, cuando ellos lo vieron quedaron atónitos, y su madre le
dijo: “Hijo, ¿por qué nos trataste de este modo? Mira que tu padre y yo te hemos
estado buscando con la mente angustiada”. 49 Pero él les dijo: “¿Por qué
tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi
Padre?”.
¿Era María realmente virgen cuando dio a luz a Jesús?
Lucas. 1:26-31 informa que fue a “una virgen” llamada María a quien el ángel
Gabriel llevó la siguiente noticia: “Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz
un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”. Entonces, como declara el Lucas 1
versículo 34, “María respondió al ángel: ‘¿Cómo será esto, puesto que no conozco
varón [“actualmente soy virgen”, CI, nota; “pues yo no conozco varón”, NC
(1972); “no estoy teniendo coito con varón alguno”, NM]?’”. Mateo 1:22-25
agrega: “Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio
del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán
por nombre Emmanuel, que traducido significa: ‘Dios con nosotros.’ Despertó José
del sueño, e hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su
esposa. Y sin haberla conocido, dio ella a luz un hijo, a quien él puso por
nombre Jesús”.
Lucas. 1:24-31. Pero después de estos días Elisabet su esposa quedó encinta; y se mantuvo recluida por cinco meses, y dijo: 25 “Así es como Jehová ha tratado conmigo en estos días en que me ha dado su atención para quitar mi oprobio entre los hombres”. En el sexto mes de ella el ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea cuyo nombre era Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida para casarse con un varón de nombre José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y cuando entró delante de ella, dijo: “Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo”. 29 Pero ella se turbó profundamente por el dicho, y razonaba sobre qué suerte de saludo sería este. 30 De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios; 31 y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús.
Lucas 1:34. Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”.
Mateo 1:22-25.
Todo esto realmente pasó
para que se cumpliera lo que Jehová había hablado por su profeta, que dijo: 23
“¡Miren! La virgen quedará encinta y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre
Emmanuel”, que, traducido, significa: “Con Nosotros Está Dios”.
24 Entonces José, despertando de su sueño, hizo como el ángel de Jehová le había
indicado, y llevó a casa a su esposa. 25 Pero no tuvo coito con ella hasta que
ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús.
¿Es razonable esto? Ciertamente no era imposible para el Creador, que había diseñado los órganos reproductivos humanos, fecundar por medios sobrenaturales un óvulo que se hallaba en la matriz de María. De manera maravillosa, Jehová transfirió a la matriz de María la fuerza vital y el patrón de la personalidad de su Hijo primogénito celestial. La propia fuerza activa de Dios, su espíritu santo, protegió el desarrollo de la criatura en el vientre de María de modo que naciera como ser humano perfecto.
(Lucas. 1:35. En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios.
Juan 17:5.)
Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con
la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera.
¿Fue María siempre virgen?
Mat. 13:53-56, “Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí, y, viniendo a su tierra, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: ‘¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos [a·del·phoiʹ, en griego] Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas [a·del·phaiʹ, en griego] ¿no están todas entre nosotros?’” (Con este texto como base, ¿concluiría usted que Jesús fue el único hijo de María, o, más bien, que ella tuvo otros hijos e hijas?).
Mat. 13:53-56. Ahora bien, cuando Jesús hubo terminado estas ilustraciones, partió por tierra de allí. 54 Y venido a su propio territorio, se puso a enseñarles en las sinagogas de ellos, de modo que quedaron atónitos y dijeron: “¿Dónde consiguió este hombre esta sabiduría y estas obras poderosas? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y los hermanos de él Santiago y José y Simón y Judas? 56 Y sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿Dónde, entonces, consiguió este hombre todas estas cosas?”.
La New Catholic Encyclopedia (1967, tomo IX, pág. 337) admite respecto a las palabras griegas a·del·phoiʹ y a·del·phaiʹ, que se usan en Mateo 13:55, 56, que “tienen el significado de hermano y hermana en sentido pleno en el mundo de habla griega del tiempo del Evangelista y naturalmente serían tomadas en este sentido por su lector griego. Hacia fines del siglo IV (c. 380) Helvidio, en una obra que se ha perdido, recalcó este hecho a fin de atribuir a María otros hijos además de Jesús y hacer de ella un modelo para las madres de familias grandes. San Jerónimo, motivado por la fe tradicional de la iglesia en la virginidad perpetua de María, escribió un tratado en contra de Helvidio (383 A.C.) en el que desarrolló una explicación [...] que aún está en boga entre los eruditos católicos”.
Marcos. 3:31-35, “Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: ‘¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.’ Él les responde: ‘¿Quién es mi madre y mis hermanos?’ Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.’”
(Aquí se hace una clara distinción entre los hermanos carnales de Jesús y sus hermanos espirituales, sus discípulos. Nadie arguye que la referencia que se hace a la madre de Jesús signifique algo diferente de lo que dice. ¿Es consecuente, pues, razonar que sus hermanos carnales no eran hermanos carnales, sino quizás primos? Para referirse a parientes más bien que a hermanos, se usa otra palabra griega [syg·ge·nonʹ], como en Lucas 21:16.)
Lucas 21:16. Además, serán entregados hasta por padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir.
¿Fue María la madre de Dios?.
El ángel que informó a María del venidero nacimiento milagroso no le dijo que Dios sería su hijo. Dijo: “Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo [...] El que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. (Lucas. 1:31-35.
Hebreos. 2:14. “Así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él [Jesús] de las mismas cosas [...] Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos.”
17. Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.
(Pero ¿se habría asemejado él “en todo a sus
hermanos” si hubiera sido un Dios-hombre?)
La New Catholic Encyclopedia dice: “María es realmente la madre de Dios si se
llenan dos requisitos: que realmente sea la madre de Jesús y que Jesús realmente
sea Dios” (1967, tomo X, pág. 21). La Biblia dice que María fue la madre de
Jesús, pero ¿era Jesús Dios? En el cuarto siglo, mucho tiempo después que se
hubo terminado de escribir la Biblia, la Iglesia formuló su declaración de la
Trinidad. (New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo XIV, pág. 295; véase la página
398, en la sección titulada “Trinidad”.) En aquel entonces, en el Credo Niceno,
la Iglesia se refirió a Jesucristo como el “mismo Dios”. Después de aquello, en
el Concilio de Éfeso de 431 E.C., la Iglesia proclamó a María The·o·toʹkos, lo
cual significa “La que da a luz a Dios” o “Madre de Dios”. Sin embargo, ni esa
expresión ni la idea que ella encierra se hallan en el texto de ninguna de las
traducciones de la Biblia.
¿Fue María misma concebida inmaculadamente, sin pecado
original, cuando su madre la concibió?
La New Catholic Encyclopedia (1967, tomo VII, págs. 378-381) admite respecto al
origen de dicha creencia: “[...] la Inmaculada Concepción no se enseña
explícitamente en las Escrituras [...] Los primeros padres de la Iglesia
consideraban a María santa, pero no absolutamente libre de pecado. [...] Es
imposible dar una fecha precisa de cuándo se tuvo dicha creencia como artículo
de fe, pero parece que para el siglo VIII o el IX había sido por lo general
aceptada. [...] [En 1854 el papa Pío IX definió el dogma] ‘que sostiene que la
Santísima Virgen María fue protegida de toda mácula del pecado original al
primer instante de ser concebida’”. El Vaticano II (1962-1965) confirmó esta
creencia. (The Documents of Vatican II [Los documentos del Vaticano II], Nueva
York, 1966, preparado por W. M. Abbott, S.J., pág. 88.)
La Biblia misma dice: “Ahora bien, por un solo hombre
[Adán] el pecado había entrado en el mundo, y por el pecado la muerte, y luego
la muerte se propagó a toda la humanidad, ya que todos pecaron”
(Romanos. 5:12. ¿Incluye esto a María? La Biblia
informa que, en conformidad con el requisito de la Ley de Moisés, 40 días
después del nacimiento de Jesús, María ofreció en el templo de Jerusalén una
ofrenda por el pecado para purificación de la inmundicia. Ella, también, había
heredado de Adán el pecado y la imperfección.
Lucas 2:22-24. También, cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos conforme a la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo a Jehová, 23 así como está escrito en la ley de Jehová: “Todo varón que abre matriz tiene que ser llamado santo a Jehová”, 24 y para ofrecer sacrificio, según lo que se dice en la ley de Jehová: “Un par de tórtolas o dos pichones”.
Levítico 12:1-8.)
Y Jehová siguió hablando a Moisés, y dijo: 2 “Habla
a los hijos de Israel, y di: ‘En caso de que una mujer conciba descendencia y en
efecto dé a luz un varón, tiene que ser inmunda siete días; como en los días de
la impureza cuando está menstruando será inmunda. 3 Y al octavo día a él se le
circuncidará la carne de su prepucio. 4 Por otros treinta y tres días ella se
quedará en la sangre de purificación. No debe tocar ninguna cosa santa, y no
debe entrar en el lugar santo hasta que se cumplan los días de su purificación.
5 ”’Ahora bien, si da a luz una niña, entonces tiene que ser inmunda catorce
días, como durante su menstruación. Por sesenta y seis días más se quedará con
la sangre de purificación. 6 Entonces, al cumplirse los días de su purificación
por hijo o por hija, traerá un carnero joven en su primer año para una ofrenda
quemada y un pichón o una tórtola para una ofrenda por el pecado, a la entrada
de la tienda de reunión, al sacerdote. 7 Y él tiene que presentarlo delante de
Jehová y hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia de la fuente de
su sangre. Esta es la ley acerca de la que dé a luz niño o niña. 8 Pero si no
tiene lo suficiente para una oveja, entonces tiene que tomar dos tórtolas o dos
pichones, uno para una ofrenda quemada y uno para una ofrenda por el pecado, y
el sacerdote tiene que hacer expiación por ella, y ella tiene que ser limpia’”.
¿Ascendió María al
cielo con su cuerpo carnal?.
Al comentar sobre la proclamación que hizo el papa Pío XII en 1950, mediante la
cual se hizo de este dogma un artículo oficial de la fe católica, la New
Catholic Encyclopedia (1967, tomo I, pág. 972) declara: “No hay ninguna
referencia explícita a la Asunción en la Biblia; sin embargo, en el decreto de
promulgación el papa insiste en que las Escrituras son el fundamento esencial de
esta verdad”.
La Biblia misma dice: “La carne y la sangre no pueden
heredar el Reino de los cielos; ni la corrupción hereda la incorrupción”.
(1 Corintios. 15:50). Jesús dijo que “Dios es
espíritu”. Cuando Jesús resucitó, volvió a ser espíritu, ahora un “espíritu que
da vida”. Los ángeles son espíritus.
(Juan 4:24. Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”.
1 Corintios. 15:45. Así también está escrito: “El primer hombre, Adán, llegó a ser alma viviente”. El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida.
Hebreos. 1:13, 14. Pero ¿con respecto a cuál de los ángeles ha dicho él alguna vez: “Siéntate a mi diestra, hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”? 14 ¿No son todos ellos espíritus para servicio público, enviados para servir a favor de los que van a heredar la salvación?.
¿Dónde se encuentra la base bíblica para
decir que alguien habría de alcanzar vida celestial en un cuerpo que requiere el
ambiente físico de la Tierra para sustentarse?
¿Es correcto dirigir oraciones a María como
intercesora?.
Jesucristo dijo: “Vosotros, pues, oraréis así: ‘Padre nuestro que estás en los
cielos [...]’”. También dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va
al Padre sino por mí. [...] Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.
(Mateo. 6:9. ”Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ”‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Juan 14:6, Jesús le dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.
14. Si ustedes piden algo en mi nombre, lo haré.
¿Serán recibidas con tanta comprensión y compasión las oraciones que se dirijan al Padre mediante Jesucristo como las que se le dirijan mediante alguien que haya participado en las experiencias comunes a las mujeres? Respecto al Padre, la Biblia nos dice: “Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahvéh para quienes le temen; que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo”. Él es “Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad”
(Salmos. 103:13, 14. Como un padre muestra misericordia a sus hijos, Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen. 14 Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo.
Éxodo. 34:6. Y Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad.
Además, respecto a Cristo está escrito:
“Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros,
excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia,
a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo
oportuno”. (Hebreos. 4:15, 16.
¿Está en armonía con el cristianismo bíblico el venerar
imágenes de María?
El Vaticano II (1962-1965) definitivamente
fomentó dicha práctica. “Este santísimo sínodo [...] aconseja a todos los hijos
de la Iglesia que se promueva generosamente el culto, especialmente el culto
litúrgico, de la Santísima Virgen. Exhorta que se atesoren las prácticas y los
ejercicios de devoción a ella, como la autoridad docente de la Iglesia ha
recomendado que se haga a través de los siglos, y que se observen religiosamente
los decretos emitidos en tiempos antiguos respecto a la veneración de las
imágenes de Cristo, la Santísima Virgen y los santos.” (The Documents of Vatican
II [Los documentos del Vaticano II], págs. 94, 95.)
¿Se dio honor
especial a María en la congregación cristiana del primer siglo?.
El apóstol Pedro no hace mención alguna de ella en sus escritos inspirados. El
apóstol Pablo no usó el nombre de ella en sus cartas inspiradas, sino que se
refirió a ella simplemente como “una mujer”.
(Gálatas. 4:4.)
Pero cuando llegó el límite cabal del tiempo, Dios envió a
su Hijo, que vino a ser procedente de una mujer y que llegó a estar bajo ley.
¿Qué ejemplo dio Jesús mismo al referirse a su madre?.
Juan 2:3, 4. “Como faltara vino en una fiesta de bodas de Caná, le dice a Jesús su madre: ‘No tienen vino.’ Jesús le responde: ‘¿Qué tengo yo contigo, mujer (“¿qué nos va a mí y a ti”, )? Todavía no ha llegado mi hora.’”
De niño, Jesús se sometió a su madre y a su padre adoptivo. Pero ahora que estaba crecido rechazó de manera bondadosa, pero con firmeza, la dirección de María. Ella, humildemente, aceptó la corrección.
Lucas. 11:27, 28. “Estando él (Jesús) diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer del pueblo, y dijo: ‘¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!’ Pero él dijo: ‘Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan.’”
(Esta ciertamente habría sido una excelente oportunidad para que Jesús rindiera honor especial a su madre, si hubiera sido lo apropiado. Él no hizo tal cosa.
¿Qué origen histórico tiene el culto especial a María?.
El sacerdote católico Andrew Greeley dice: “María es uno de los símbolos
religiosos más poderosos de la historia del mundo occidental. [...] El símbolo
de María vincula al cristianismo directamente con las religiones antiguas de las
diosas madres”. (The Making of the Popes 1978 [La formación de los papas, 1978],
E.U.A., 1979, pág. 227.)
Es interesante notar dónde se confirmó la enseñanza de que María fuera la madre
de Dios. “El Concilio de Éfeso se reunió en la basílica de la Theotokos en 431.
Allí, más que en cualquier otro sitio, en una ciudad tan famosa por su devoción
a Artemisa, o Diana, como los romanos la llamaban, donde, según se dice, su
imagen había caído del cielo, bajo la sombra del gran templo dedicado a la Magna
Mater desde 330 a. de J.C., y que contuvo, según la tradición, una residencia
temporera de María, era casi imposible que no se sostuviera el título de ‘La que
dio a luz a Dios.’” (The Cult of the )Mother-Goddess (El culto de la
Diosa-Madre, Nueva Llora, 1959, E. O. James, pág. 207.)
Si alguien
dice...
‘¿Cree usted en la Virgen María?’.
Usted pudiera contestar: ‘Las Sagradas Escrituras dicen claramente que la madre
de Jesucristo fue una virgen, y nosotros creemos eso. Dios fue el Padre de él.
El niño que nació fue verdaderamente el Hijo de Dios, tal como el ángel le dijo
a María.
(Lucas. 1:35). En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios.
Entonces pudiera añadir: ‘Pero ¿se ha preguntado usted alguna vez por qué era tan importante que Jesús naciera de esa manera? (...) Pues porque sólo así podía proporcionarse un rescate apropiado que haría posible que se nos librara del pecado y la muerte.
(1 Timoteo. 2:5, 6. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, 6 que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos de esto ha de darse testimonio a sus propios tiempos particulares.
Juan 3:16).
”Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo
unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga
vida eterna.
O contestar: ‘Sí, creemos en ella. Creemos todo lo que las Sagradas Escrituras
dicen respecto a ella, y definitivamente dicen que fue en su condición de virgen
cuando dio a luz a Jesús. También son muy alentadoras otras cosas que las
Escrituras dicen respecto a María y las lecciones que podemos aprender del
ejemplo de ella.
‘Ustedes no creen en la Virgen María’.
Usted pudiera contestar: ‘Reconozco que hay quienes no creen que una virgen dio
a luz al Hijo de Dios. Pero nosotros sí lo creemos. (Abra uno de nuestros
estudios donde se considere este asunto, y muéstreselo a la persona
interesada.)’ Entonces pudiera añadir: ‘Pero ¿se necesita más que eso para
obtener la salvación? (...) Note lo que Jesús dijo en oración a su Padre.
(Juan 17:3). Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.
Que la gracia y la paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo este con todos vosotros.