La paz de Dios supera a todo pensamiento
“La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones”. (Filipenses 4:7).
¿Qué ejemplos de la Biblia demuestran que
Jehová puede hacer cosas que no esperamos?
¿Qué podemos hacer para conservar “la paz de Dios” con plena confianza?
¿Qué les pasó a Pablo y Silas en Filipos?. (Vea el dibujo del principio).
Era casi medianoche en la ciudad de Filipos. Dos misioneros llamados Pablo y Silas estaban en la celda más profunda de una prisión. Tenían los pies sujetos en un cepo y las espaldas adoloridas por los golpes que acababan de recibir.
(Hechos. 16:23, 24). Después de haberles descargado muchos golpes, los echaron en la prisión, y ordenaron al carcelero que los guardara con seguridad. 24 Porque recibió tal orden, este los echó en la prisión interior y les aseguró los pies en el cepo.
Ese día, todo había pasado muy rápido. Sin previo aviso, una multitud los había arrastrado a la plaza del mercado para hacerles un juicio improvisado. Les habían arrancado la ropa y les habían dado una severa paliza con varas.
(Hech. 16:16-22).
Y aconteció que, yendo nosotros al lugar de oración, nos
encontró cierta sirvienta que tenía un espíritu, un demonio de adivinación. Ella
proporcionaba mucha ganancia a sus amos practicando el arte de la predicción. 17
Esta muchacha seguía detrás de Pablo y de nosotros y gritaba, usando estas
palabras: “Estos hombres son esclavos del Dios Altísimo, los cuales les están
publicando el camino de la salvación”. 18 Esto lo siguió haciendo por muchos
días. Por fin Pablo se cansó de ello y se volvió y dijo al espíritu: “Te ordeno
en el nombre de Jesucristo que salgas de ella”. Y salió en aquella misma hora.
19 Pues bien, cuando sus amos vieron que se les había ido su esperanza de
ganancia, se apoderaron de Pablo y de Silas y los arrastraron a los gobernantes
en la plaza de mercado, 20 y, conduciéndolos a los magistrados civiles, dijeron:
“Estos hombres están turbando muchísimo a nuestra ciudad, judíos como son, 21 y
están publicando costumbres que no nos es lícito adoptar ni practicar, puesto
que somos romanos”. 22 Y la muchedumbre se levantó a una contra ellos; y los
magistrados civiles, habiéndoles arrancado las prendas de vestir exteriores,
dieron el mandato de que los golpearan con varas.
¡Qué injusticia! Pablo era ciudadano romano y merecía un juicio formal. Además, Al parecer, Silas también era ciudadano romano.
(Hechos. 16:37). Pero Pablo les dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”.
Mientras Pablo estaba en la oscura celda, tal vez pensó en lo que había pasado ese día. Puede que también pensara en la gente de Filipos. Muchas de las ciudades que él había visitado tenían una sinagoga, un lugar donde los judíos adoraban a Dios. Pero en Filipos no había ninguna. Por eso los judíos se reunían fuera de las puertas de la ciudad, junto a un río.
(Hechos. 16:13, 14). Y el día de sábado salimos fuera de la puerta junto a un río, donde pensábamos que había un lugar de oración; y nos sentamos y empezamos a hablar a las mujeres que se habían congregado. 14 Y cierta mujer por nombre Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira y adoradora de Dios, estaba escuchando, y Jehová le abrió el corazón ampliamente para que prestara atención a las cosas que Pablo estaba hablando.
¿Por qué no había sinagoga? Puede que no hubiera en la ciudad 10 varones judíos, que era lo mínimo que se requería para formar una. Sin duda, los habitantes de Filipos estaban muy orgullosos de tener la ciudadanía romana, aun si esta era de clase secundaria.
(Hechos. 16:21). Y están publicando costumbres que no nos es lícito adoptar ni practicar, puesto que somos romanos”.
Tal vez por eso no creían posible que
aquellos dos judíos fueran ciudadanos romanos. Sin importar lo que pensaran, lo
cierto es que habían encarcelado a Pablo y Silas injustamente.
¿Por qué puede ser que Pablo se sintiera confundido cuando lo metieron en
prisión? ¿Cómo reaccionó?
Es posible que Pablo también pensara en cómo acabó en Filipos. Unos meses antes, estaba al otro lado del mar Egeo, en Asia Menor. Allí, el espíritu santo le impidió varias veces predicar en ciertas zonas. Era como si lo llevara en otra dirección.
(Hechos. 16: 6, 7). Además, atravesaron Frigia y el país de Galacia, porque el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el distrito de Asia. 7 Además de eso, al bajar a Misia, se esforzaron por entrar en Bitinia, pero el espíritu de Jesús no se lo permitió.
Pero ¿adónde lo llevaba? Pablo recibió la respuesta cuando estaba en la ciudad de Troas. En una visión, un hombre le dijo: “Pasa a Macedonia”. El apóstol vio con claridad cuál era la voluntad de Dios, así que de inmediato se fue a Macedonia.
Hechos 16: 8-10. De modo que pasaron por alto a Misia y bajaron a Troas. 9 Y durante la noche le apareció a Pablo una visión: cierto varón macedonio estaba de pie y le suplicaba y decía: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. 10 Ahora bien, luego que hubo visto la visión, procuramos salir para Macedonia, pues llegamos a la conclusión de que Dios nos había mandado llamar para declararles las buenas nuevas.
Pero poco después de llegar lo metieron en la cárcel. ¿Por qué permitió Jehová que pasara esto? ¿Cuánto tiempo estaría encerrado? Aunque se sintiera confundido, no dejó que su fe y su gozo se debilitaran. La Biblia dice que él y Silas se pusieron a orar y a cantar a Jehová en la celda.
(Hechos. 16: 25). Mas como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos los oían.
Sin duda, sentían la paz de Dios.
¿En qué se puede parecer nuestra situación a la de Pablo? ¿Cómo cambió su
situación de manera inesperada?.
¿Nos hemos sentido alguna vez como Pablo? Quizás le pedimos ayuda a Dios para tomar una decisión y nos parecía que estábamos siguiendo la guía del espíritu santo. Pero puede que las cosas no salieran como esperábamos. Tal vez enfrentamos dificultades o situaciones que nos llevaron a hacer cambios grandes en nuestra vida.
(Eclesiastés. 9:11). Regresé para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos.
Y quizás ahora nos preguntemos por qué
Jehová permitió que pasaran ciertas cosas. ¿Qué nos ayudará a seguir aguantando
con plena confianza en Jehová? Para saber la respuesta, volvamos a la historia
de Pablo y Silas.
Mientras ellos cantaban, empezaron a pasar cosas inesperadas. Primero, hubo un
gran terremoto. Luego, se abrieron las puertas de la prisión y se soltaron las
cadenas de los presos. Cuando el carcelero vio esto, quiso suicidarse, pero
Pablo se lo impidió. Entonces, el carcelero y su familia se bautizaron. Tan
pronto amaneció, los jueces enviaron a unos oficiales para que liberaran a Pablo
y Silas, y les pidieran que se fueran de Filipos en paz. Cuando los jueces se
enteraron de que habían cometido un grave error con aquellos ciudadanos romanos,
fueron para escoltarlos ellos mismos y sacarlos. Pero, antes de irse de la
ciudad, Pablo y Silas insistieron en despedirse primero de Lidia, una cristiana
recién bautizada. Además, aprovecharon la oportunidad para fortalecer a los
demás hermanos de Filipos.
(Hech. 16:26-40).
De repente ocurrió un gran terremoto, de modo que se
sacudieron los fundamentos de la cárcel. Además, se abrieron al instante todas
las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 El carcelero, despertando
del sueño y viendo abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada y
estaba a punto de quitarse la vida, imaginándose que los presos se habían
escapado. 28 Pero Pablo clamó con voz fuerte, y dijo: “¡No te hagas ningún daño,
porque todos estamos aquí!”. 29 De modo que él pidió luz y entró de un salto y,
sobrecogido de temblor, cayó ante Pablo y Silas. 30 Y los sacó fuera y dijo:
“Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”. 31 Ellos dijeron: “Cree en el
Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”. 32 Y le hablaron la palabra de Jehová
junto con todos los que estaban en su casa. 33 Y él los tomó consigo en aquella
hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron
bautizados sin demora. 34 Y los introdujo en su casa y les puso la mesa, y se
regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios.
35 Cuando se hizo de día, los magistrados civiles despacharon a los alguaciles a
decir: “Pon en libertad a aquellos hombres”. 36 De modo que el carcelero informó
sus palabras a Pablo: “Los magistrados civiles han despachado hombres para que
ustedes dos sean puestos en libertad. Ahora, pues, salgan y sigan su camino en
paz”. 37 Pero Pablo les dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a
nosotros que somos hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos
echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos
saquen”. 38 De modo que los alguaciles informaron estos dichos a los magistrados
civiles. Estos tuvieron temor al oír que los hombres eran romanos. 39 Por
consiguiente, vinieron y les suplicaron y, después de sacarlos, les solicitaron
que partieran de la ciudad. 40 Pero ellos salieron de la prisión y fueron a casa
de Lidia, y, cuando vieron a los hermanos, los animaron, y partieron.
¡Qué rápido cambió la situación!
“SUPERA A TODO PENSAMIENTO”.
¿Qué lección aprendemos de esta historia? Que Jehová puede hacer cosas que no esperamos, así que no debemos inquietarnos cuando pasamos por dificultades. Sin duda, Pablo nunca olvidó esa lección. Lo sabemos por lo que tiempo después les escribió a los hermanos de Filipos sobre la inquietud y la paz de Dios. En este estudio, primero analizaremos lo que Pablo dijo en.
Filipenses 4:6, 7 No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; 7 y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.
Después, veremos varios relatos de la Biblia
en los que Jehová hizo cosas inesperadas. Por último, hablaremos de cómo “la paz
de Dios” puede ayudarnos a aguantar con plena confianza en Jehová.
¿Qué lección quería enseñarles Pablo a los hermanos de Filipos? ¿Qué lección
aprendemos nosotros?.
¿Qué pensaron los hermanos de Filipos cuando leyeron la carta que Pablo les envió? De seguro recordaron lo que les pasó a Pablo y Silas, y la forma inesperada como Jehová los ayudó. ¿Qué lección quería enseñarles Pablo? Que no debían preocuparse y que Dios les daría su paz si oraban. Pero notemos que él dijo que la paz de Dios “supera a todo pensamiento”. ¿Qué significa esto? Algunas versiones traducen esta expresión como “sobrepasa todo lo imaginable” y “supera todo lo que podemos pensar”. Así que Pablo estaba diciendo que “la paz de Dios” es más maravillosa de lo que somos capaces de imaginar. ¿Qué lección aprendemos? Que, aunque a veces no veamos la salida a nuestros problemas, Jehová sí la ve. Y él puede hacer cosas que nos sorprendan.
2 Pedro 2:9).
Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción
piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean
cortadas de la existencia.
Aunque Pablo sufrió una injusticia en Filipos, ¿qué se logró gracias a eso? b)
¿Por qué podían los hermanos de Filipos confiar en lo que Pablo les escribió?
Seguro que los hermanos de Filipos se sintieron animados al pensar en lo que había pasado en los últimos diez años. Lo que Pablo había escrito era cierto. Aunque Jehová había permitido una injusticia, gracias a eso se logró “defender y establecer legalmente las buenas nuevas”.
(Filipenses. 1:7). Es del todo correcto que yo piense esto respecto a todos ustedes, por cuanto los tengo en mi corazón, ya que todos ustedes son partícipes conmigo en la bondad inmerecida, tanto en mis cadenas de prisión como en defender y establecer legalmente las buenas nuevas.
Los jueces de Filipos lo pensarían bien
antes de hacer algo contra la congregación cristiana que se había formado en su
ciudad. Y tal vez el que Pablo dijera que era ciudadano romano permitió a su
compañero de viaje Lucas quedarse en Filipos ayudando a los nuevos cristianos
cuando Pablo y Silas se fueron.
9 Cuando los hermanos de Filipos leyeron la carta de Pablo, sabían que no era la
opinión de alguien que nunca había sufrido problemas. Pablo había vivido
situaciones extremas y había demostrado que tenía “la paz de Dios”. De hecho,
cuando les escribió, estaba bajo arresto en su casa en Roma. Aun así, seguía
demostrando que tenía esa paz
(Filipenses. 1:12-14; Ahora bien, deseo que sepan, hermanos, que mis asuntos han resultado para el adelantamiento de las buenas nuevas más bien que de lo contrario, 13 de modo que mis cadenas se han hecho públicas en asociación con Cristo entre toda la guardia pretoriana y entre todos los demás; 14 y la mayoría de los hermanos en el Señor, sintiendo confianza a causa de mis cadenas de prisión, están mostrando tanto más ánimo para hablar sin temor la palabra de Dios.
4:7, Y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.
11, No es que esté hablando respecto a estar en necesidad, porque he aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente.
22).
Todos los santos, pero especialmente los de la casa de
César, les envían sus saludos.
“NO SE INQUIETEN POR COSA ALGUNA”
¿Qué debemos hacer cuando estamos muy preocupados, y qué podemos esperar?.
¿Qué podemos hacer para no inquietarnos y tener “la paz de Dios”? Lo que Pablo les dijo a los filipenses nos enseña que el remedio para la preocupación es orar. Así que oremos cada vez que nos sintamos muy preocupados.
1 Pedro 5: 6, 7). Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los ensalce al tiempo debido; 7 a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.
Y hagámoslo con fe, con plena confianza en que Jehová se interesa en nosotros. También démosle las gracias por las bendiciones que nos da. Nuestra confianza en él se fortalecerá cuando recordemos que él “puede hacer más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos”
(Efesios. 3:20). Ahora, a aquel que, según su poder que está operando en nosotros, puede hacer más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos.
Tal como les ocurrió a Pablo y Silas en Filipos, puede que nos sorprendamos al ver lo que Jehová hace para ayudarnos a cada uno de nosotros. Quizá no sea algo impresionante, pero siempre será lo que necesitamos
(1 Corintios. 10:13). Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.
Claro, esto no significa que nos quedaremos sin hacer nada, esperando a que él solucione los problemas. Debemos actuar en armonía con nuestras oraciones.
(Romanos. 12:11). No sean holgazanes en sus quehaceres. Fulguren con el espíritu. Sirvan a Jehová como esclavos.
Así demostraremos que somos sinceros, y
Jehová bendecirá nuestros esfuerzos. Pero al mismo tiempo debemos recordar que
Jehová puede hacer mucho más de lo que le pedimos o esperamos de él. A veces nos
sorprende y hace cosas inesperadas. Veamos algunos relatos bíblicos que
fortalecen nuestra confianza en lo que Jehová puede hacer por nosotros.
JEHOVÁ HIZO COSAS INESPERADAS
¿Qué hizo Ezequías cuando el rey asirio Senaquerib lo amenazó? ¿Qué aprendemos
de la forma en que Jehová solucionó el problema?.
En la Biblia encontramos muchos casos en los que Jehová hizo cosas inesperadas. Por ejemplo, durante el reinado de Ezequías, el rey asirio Senaquerib invadió Judá y conquistó todas sus ciudades, excepto Jerusalén.
(2 Reyes. 18:1-3, Y en el tercer año de Hosea hijo de Elah el rey de Israel aconteció que Ezequías hijo de Acaz el rey de Judá llegó a ser rey. 2 Veinticinco años de edad tenía cuando empezó a reinar, y por veintinueve años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Abí hija de Zacarías. 3 Y él continuó haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho David su antepasado.
13). Y en el año catorce del rey Ezequías, Senaquerib el rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y procedió a apoderarse de ellas.
Más tarde, Senaquerib también amenazó con atacar esta ciudad. ¿Qué hizo Ezequías? Le oró a Jehová y le pidió consejo al profeta Isaías.
(2 Reyes. 19:5, De manera que los siervos del rey Ezequías entraron a donde Isaías.
15-20).
Y Ezequías se puso a orar
delante de Jehová y a decir: “Oh Jehová el Dios de Israel, sentado sobre los
querubines, tú solo eres el Dios verdadero de todos los reinos de la tierra. Tú
mismo has hecho los cielos y la tierra. 16 Inclina tu oído, oh Jehová, y oye.
Abre tus ojos, oh Jehová, y ve, y oye las palabras de Senaquerib que él ha
enviado para desafiar con escarnio+ al Dios vivo. 17 Es un hecho, oh Jehová: los
reyes de Asiria han devastado las naciones y su tierra. 18 Y han entregado sus
dioses al fuego, porque no eran dioses, sino la hechura de manos de hombre,
madera y piedra; de modo que los destruyeron. 19 Y ahora, oh Jehová nuestro
Dios, sálvanos, por favor, de su mano, para que sepan todos los reinos de la
tierra que tú, oh Jehová, eres Dios, tú solo”.
20 E Isaías hijo de Amoz procedió a enviar a decir a Ezequías: “Esto es lo que
ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘La oración que me has hecho respecto a
Senaquerib el rey de Asiria la he oído.
También trató de mostrar que era razonable y le pagó a Senaquerib lo que este le exigió.
(2 Reyes. 18:14, 15). De manera que Ezequías el rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Lakís: “He pecado. Vuélvete de contra mí. Lo que me impongas llevaré”. Por lo tanto, el rey de Asiria impuso a Ezequías el rey de Judá trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro. 15 Por eso Ezequías dio toda la plata que se hallaba en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa del rey.
Con el tiempo, Ezequías preparó la ciudad para que resistiera un largo asedio.
(2 Crónicas. 32:2-4). Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido con el rostro puesto en guerrear contra Jerusalén, 3 entonces se decidió con sus príncipes y sus hombres poderosos a cegar las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad; así que ellos le ayudaron. 4 Por lo tanto se juntó mucha gente, y se pusieron a cegar todas las fuentes y el torrente que pasa inundando por en medio de la tierra, y decían: “¿Por qué deben venir los reyes de Asiria y realmente hallar una gran cantidad de agua?”.
¿Cómo terminó todo? Jehová envió a un ángel que mató a 185.000 soldados de Senaquerib en una sola noche. Ni siquiera Ezequías esperaba que sucediera algo así.
(2 Reyes. 19:35). Y aconteció que en aquella noche el ángel de Jehová procedió a salir y a derribar a ciento ochenta y cinco mil hombres en el campamento de los asirios. Cuando unas personas se levantaron muy de mañana, pues, allí todos eran cadáveres muertos.
El faraón dándole a José su anillo de sellar.
¿Qué aprendemos de lo que le pasó a José?.
(Génesis. 41: 42). Con eso se quitó Faraón su anillo de sellar de su propia mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió con prendas de vestir de lino fino y le colocó un collar de oro alrededor del cuello.
¿Qué aprendemos de lo que le pasó a José? ¿Qué cosa inesperada le pasó a Sara?.
Ahora veamos lo que le pasó a José, el hijo de Jacob, cuando era joven. Mientras estaba preso en Egipto, no se imaginaba que llegaría a ser la segunda persona más poderosa del país. Tampoco pensaba que Jehová lo usaría para evitar que su familia muriera de hambre.
(Génesis. 40:15, Porque de hecho fui secuestrado de la tierra de los hebreos; y tampoco aquí he hecho cosa alguna para que me metieran en el hoyo carcelario”.
41: 39-43; Después Faraón dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan discreto y sabio como tú. 40 Tú estarás personalmente sobre mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá sin reserva. Solo en cuanto al trono seré yo más grande que tú”. 41 Y añadió Faraón a José: “Mira, de veras te coloco sobre toda la tierra de Egipto”. 42 Con eso se quitó Faraón su anillo de sellar de su propia mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió con prendas de vestir de lino fino* y le colocó un collar de oro alrededor del cuello. 43 Además, hizo que fuera montado en el segundo carro de honor que tenía, para que clamaran delante de él: “¡Avrekj!”, y así lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
50:20). En cuanto a ustedes, ustedes tenían pensado un mal contra mí. Dios lo tenía pensado para bien, con el propósito de obrar como sucede hoy, para conservar viva a mucha gente.
Sin duda, Jehová hizo mucho más de lo que José esperaba. Pensemos también en su bisabuela Sara. ¿Esperaba ella que a su edad Jehová le permitiera dar a luz a su propio hijo? Sin duda, el nacimiento de Isaac fue mucho más de lo que Sara podía imaginarse.
(Génesis. 21:1-3, Y Jehová dirigió su atención a Sara tal como había dicho, y ahora Jehová hizo para con Sara tal como había hablado. 2 Y Sara quedó encinta y entonces le dio a luz un hijo a Abrahán, en la vejez de él, al tiempo señalado del cual le había hablado Dios. 3 Por lo tanto Abrahán llamó por nombre Isaac a su hijo que le había nacido, que Sara le había dado a luz.
6, 7). Entonces dijo Sara: “Dios me ha preparado risa: todo el que oiga de ello se reirá de mí”. 7 Y añadió: “¿Quién hubiera expresado esto a Abrahán: ‘Sara ciertamente amamantará hijos’, cuando el caso es que he dado a luz un hijo cuando él es viejo?”.
¿De qué podemos estar seguros?.
Claro, no esperamos que Jehová haga un milagro y elimine todos nuestros problemas antes de que llegue el nuevo mundo. Y tampoco le exigimos que haga que pasen cosas espectaculares en nuestra vida. Pero sabemos que Dios ayudó a sus siervos del pasado de maneras impresionantes. Y él no ha cambiado.
Isaías 43:10-13).
“Ustedes son mis testigos
—es la expresión de Jehová—, aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y
tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue
formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera. 11 Yo... yo
soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador.”
12 “Yo mismo he anunciado y he salvado y he hecho que sea oído, cuando no había
entre ustedes dios extraño. De modo que ustedes son mis testigos —es la
expresión de Jehová—, y yo soy Dios. 13 Además, todo el tiempo yo soy el Mismo;
y no hay nadie que efectúe liberación de mi propia mano. Me pondré activo, y
¿quién puede volverla atrás?”.
Esto fortalece nuestra confianza en él. Estamos seguros de que puede hacer lo que sea necesario a fin de darnos poder para cumplir su voluntad.
(2 Corintios. 4:7-9). Sin embargo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros. 8 Se nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que no podamos movernos; nos hallamos perplejos, pero no absolutamente sin salida; 9 se nos persigue, pero no se nos deja sin ayuda; se nos derriba, pero no se nos destruye.
¿Qué aprendemos de los ejemplos de Ezequías,
José y Sara?. Que Jehová puede ayudarnos a enfrentar las situaciones más
difíciles si somos fieles siempre.
Jehová puede ayudarnos a enfrentar las situaciones más difíciles si somos fieles
siempre.
¿Qué podemos hacer para conservar “la paz de Dios” cuando enfrentamos problemas? ¿Qué hace posible que seamos amigos de Dios?.
¿Qué podemos hacer para conservar “la paz de Dios” cuando enfrentamos problemas? Cuidar nuestra amistad con Jehová. Esta amistad solo es posible “mediante Cristo Jesús”, quien sacrificó su vida para rescatarnos del pecado. El rescate es otra de las cosas impresionantes que Jehová ha hecho. Él usa el rescate para perdonarnos los pecados, y eso nos permite tener una buena conciencia y ser sus amigos.
(Juan 14:6; Jesús le dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.
Santiago. 4:8; Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos.
1Pedro.
3:21). Lo que corresponde a esto ahora también los
está salvando a ustedes, a saber, el bautismo (no el desechar la suciedad de la
carne, sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia), mediante la
resurrección de Jesucristo.
“GUARDARÁ SUS CORAZONES Y SUS FACULTADES MENTALES”
El efecto que tiene en nosotros “la paz de Dios”.
¿Qué efecto tendrá en nosotros “la paz de Dios que supera a todo pensamiento”? La Biblia dice: “Guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”.
(Filipenses. 4:7). Y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.
En el idioma original, la palabra que se traduce “guardará” era una expresión militar que se usaba para referirse a la labor de los soldados que protegían las ciudades en tiempos antiguos. Ese era el caso de Filipos. Sus habitantes dormían tranquilos porque sabían que la ciudad estaba protegida. De forma similar, cuando tenemos “la paz de Dios”, nuestra mente y nuestro corazón están tranquilos. Estamos seguros de que Jehová nos cuida y quiere que nos vaya bien en la vida.
(1 Pedro. 5:10). Pero, después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, el Dios de toda bondad inmerecida, que los llamó a su gloria eterna en unión con Cristo, terminará él mismo el entrenamiento de ustedes; él los hará firmes, él los hará fuertes.
Saber esto nos “guardará”, es decir, nos
protegerá para que la inquietud y el temor no nos venzan.
¿Qué nos ayudará a mirar al futuro con plena confianza?.
Dentro de poco, la humanidad enfrentará una “gran tribulación” como nunca ha habido ni volverá a haber en la Tierra.
(Mat. 24:21, 22). Porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. 22 De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos aquellos días serán acortados.
Desconocemos lo que nos pasará a cada uno de
nosotros, pero no debemos preocuparnos demasiado. Aunque no sabemos todo lo que
Jehová hará, sí sabemos qué clase de Dios es él. Al repasar lo que hizo en el
pasado por sus siervos, hemos visto que Jehová siempre cumple lo que se propone,
pase lo que pase. Y a veces lo hace de maneras que no esperamos. Cada vez que
Jehová hace algo para ayudarnos, es una oportunidad más que tenemos de sentir
“la paz de Dios que supera a todo pensamiento”.
Que la gracia y la Paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo este
con todos vosotros.