Honremos “lo que Dios ha unido”

 

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“Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (MARCOS. 10:9).

¿QUÉ RESPUESTA DARÍA?

¿Cómo ven Jehová y Jesús el matrimonio?

¿Cuál es el único motivo bíblico para divorciarse, pero por qué puede que algunos decidan no divorciarse?

¿En qué consejo bíblico debe reflexionar quien piensa en si va a separarse?

¿A qué nos deben motivar las palabras de Hebreos 13:4?

TODOS deseamos honrar a Jehová. Él se merece que lo hagamos, y promete honrarnos si lo hacemos.

(1 Samuel. 2:30; ”’Por eso la expresión de Jehová el Dios de Israel es: “De veras dije yo: En cuanto a tu casa y la casa de tu antepasado, andarán delante de mí hasta tiempo indefinido”. Pero ahora la expresión de Jehová es: “Es inconcebible, por mi parte, porque a los que me honran honraré, y los que me desprecian serán de poca monta”.

Proverbios. 3:9; Honra a Jehová con tus cosas valiosas y con las primicias de todos tus productos.

Revelación. 4:11). “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”

También quiere que honremos a otros seres humanos, como a las autoridades del gobierno.

(Romanos. 12:10; En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera.

13:7). Den a todos lo que les es debido: al que pide impuesto, el impuesto; al que pide tributo, el tributo; al que pide temor, dicho temor; al que pide honra, dicha honra.

Pero hay algo que debemos honrar o respetar en especial: el matrimonio.

El apóstol Pablo escribió: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación” (Hebreos. 13:4). Con estas palabras, no estaba haciendo un comentario de carácter general. Más bien, les estaba mandando a los cristianos que consideraran valioso el matrimonio. ¿Es así como vemos nosotros el matrimonio en general y el nuestro en particular?

¿Qué importante consejo dio Jesús sobre el matrimonio?

Si consideramos valioso el matrimonio y lo honramos, estamos siguiendo el ejemplo de Jesús. Cuando los fariseos le preguntaron sobre el divorcio, él hizo referencia a lo que dijo Jehová respecto al primer matrimonio: “Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne”. Y añadió: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (lea Marcos 10:2-12; Génesis. 2:24).

Marcos 10:2-12; Entonces se le acercaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, se pusieron a preguntarle si le era lícito al varón divorciarse de su esposa. 3 Él, respondiendo, les dijo: “¿Qué les mandó Moisés?”. 4 Ellos dijeron: “Moisés permitió escribir un certificado de despedida y divorciarse [de ella]”. 5 Pero Jesús les dijo: “En vista de la dureza del corazón de ustedes les escribió este mandamiento. 6 Sin embargo, desde el principio de la creación ‘Él los hizo macho y hembra. 7 Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne’; de modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. 10 Y en la casa de nuevo, los discípulos le interrogaban acerca de esto. 11 Y él les dijo: “Cualquiera que se divorcie* de su esposa y se case con otra comete adulterio contra ella, 12 y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio”.

Génesis. 2:24). Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne.

¿Cuál era el propósito de Jehová con relación al matrimonio?

Como vemos, Jesús tenía claro que Dios creó el matrimonio y recalcó que es una unión permanente. Jehová no les dijo a Adán y Eva que el divorcio podía poner fin al matrimonio. Al contrario, su propósito era que “los dos” permanecieran unidos toda la vida.

CAMBIOS TEMPORALES EN EL MATRIMONIO

¿Qué efecto tiene la muerte en el matrimonio?

Sabemos que el pecado de Adán trajo muchos cambios. Uno de ellos fue la muerte, que afectaría al matrimonio. Lo señaló el apóstol Pablo cuando explicó que los cristianos no deben seguir la Ley mosaica. Reveló que la muerte pone fin al matrimonio y que el cónyuge vivo puede volver a casarse

(Romanos. 7:1-3).  ¿Será que ignoran, hermanos (porque estoy hablando a los que conocen ley), que la Ley es amo sobre el hombre en tanto que este vive? 2 Por ejemplo, la mujer casada está atada por ley a su esposo mientras este vive; pero si su esposo muere, queda desobligada de la ley de su esposo. 3 Así es que, mientras vive su esposo, sería llamada adúltera si llegara a ser de otro hombre. Pero si su esposo muere, queda libre de la ley de él, de modo que no es adúltera si llega a ser de otro hombre.

¿Cómo se ve en la Ley mosaica el interés de Dios en el matrimonio?

En la Ley que Jehová le dio a la nación de Israel, hallamos algunos detalles sobre el matrimonio. Veamos uno de ellos. La Ley permitía que el hombre tuviera más de una esposa, una práctica que se conoce como poligamia y que ya existía antes de que Dios le diera la Ley a Israel. Lo que Jehová hizo fue regular esta práctica para que no hubiera abusos. Por ejemplo, si un israelita se casaba con una esclava y luego tomaba otra esposa, tenía que seguir dándole a la primera comida, ropa y el débito conyugal. Dios mandaba que la protegiera y la cuidara.

(Éxodo. 21:9, 10). Y si es a su hijo que la designa, ha de hacer con ella conforme al derecho debido de las hijas. 10 Si él toma otra esposa para sí, no han de ser disminuidos el sustento de ella ni su ropa ni su débito conyugal.

Nosotros no estamos bajo la Ley, pero en ella vemos el interés de Dios en el matrimonio. Sin duda, esto nos ayuda a valorarlo igual que él.

Según Deuteronomio 24:1, ¿qué permitía la Ley? ¿Cómo ve Jehová el divorcio?

¿Qué decía sobre el divorcio la Ley? Aunque Dios seguía viendo igual de valioso el matrimonio, permitió que los israelitas se divorciaran (lea Deuteronomio 24:1).

Deuteronomio 24:1. ”En caso de que un hombre tome a una mujer y de veras la haga su posesión como esposa, entonces tiene que suceder que si ella no hallara favor a sus ojos por haber hallado él algo indecente* de parte de ella, entonces él tendrá que escribirle un certificado de divorcio y ponérselo en la mano y despedirla de su casa.

El divorcio se permitía si el esposo hallaba “algo indecente de parte de ella”. ¿Qué se consideraba “indecente”? La Ley no lo decía. Pero debía ser algo vergonzoso o grave, no algo sin importancia.

(Deuteronomio. 23:14). Porque Jehová tu Dios está andando en tu campamento para librarte y para abandonar en tu mano a tus enemigos; y tu campamento tiene que resultar santo, para que él no vea en ti nada indecente y ciertamente se aparte de acompañarte.

Lamentablemente, en los días de Jesús muchos judíos ponían cualquier excusa para divorciarse.

(Mateo. 19:3). Y se le acercaron unos fariseos, resueltos a tentarlo, y dijeron: “¿Es lícito para un hombre divorciarse de su esposa por toda suerte de motivo?”.

Desde luego, no queremos ser como ellos.

En tiempos del profeta Malaquías, era muy común que los hombres traicionaran a su esposa divorciándose de ella, quizá para luego casarse con una mujer más joven que no adoraba a Dios. Malaquías indicó lo que pensaba Jehová al respecto. Escribió: “Él ha odiado un divorciarse”

(Malaquias. 2:14-16). Y ustedes han dicho: ‘¿A causa de qué?’. A causa de esto: de que Jehová mismo ha dado testimonio entre ti y la esposa de tu juventud, con la cual tú mismo has tratado traidoramente, aunque ella es tu socia y la esposa de tu pacto. 15 Y hubo uno que no lo] hizo, porque tenía lo que quedaba del espíritu. ¿Y qué buscaba ese? La descendencia de Dios. Y ustedes tienen que guardarse respecto a su espíritu, y con la esposa de tu juventud que nadie trate traidoramente. 16 Porque él ha odiado un divorciarse —ha dicho Jehová el Dios de Israel—; y al que con violencia ha cubierto su prenda de vestir —ha dicho Jehová de los ejércitos—. Y tienen que guardarse respecto a su espíritu, y no deben tratar traidoramente.

Esto concordaba con lo que dice la Palabra de Dios sobre el primer matrimonio: que el hombre “tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne” (Génesis. 2:24).

Jesús demostró su apoyo a lo que su Padre pensaba al decir: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (Mateo. 19:6).

Cómo reaccionó Jehová cuando Israel le fue infiel

Las naciones de Israel y Judá fueron infieles a Jehová. Se aliaron con naciones paganas y adoraron dioses falsos. Dios las condenó por cometer “adulterio con piedras y con árboles”

(Jeremías. 2:13, porque hay dos cosas malas que mi pueblo ha hecho: Me han dejado hasta a mí, la fuente de agua viva, para labrarse cisternas, cisternas rotas, que no pueden contener el agua.’

Jeremías. 2:20;  ”‘Porque hace mucho que hice pedazos tu yugo; rompí tus ataduras. Pero dijiste: “No voy a servir”, porque sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso estabas echada despatarrada, prostituyéndote.

Jeremías. 3:1-3, Hay un dicho: “Si un hombre despidiera a su esposa y ella realmente se fuera de él y llegara a ser de otro hombre, ¿debiera él volver más a ella?”.
¿Acaso esa tierra no se ha contaminado positivamente?
“Y tú misma has cometido prostitución con muchos compañeros; y ¿debe haber un volver a mí? —es la expresión de Jehová—. 2 Alza los ojos a las sendas trilladas y ve. ¿Dónde no se te ha forzado? A la orilla de los caminos te has sentado por ellos, como un árabe en el desierto; y sigues contaminando la tierra con tus actos de prostitución y tu maldad. 3 De modo que se retienen los chaparrones copiosos, y ni siquiera ha ocurrido una lluvia primaveral. Y la frente de una esposa que comete prostitución ha llegado a ser tuya. Has rehusado sentirte humillada.

Jeremías. 3: 9; Y la prostitución de ella ocurrió debido a su concepto frívolo, y siguió contaminando la tierra y cometiendo adulterio con piedras y con árboles.

compare con Ezequiel 16:28; Santiago 4:4).

Ezequiel 16:28. ”’Y pasaste a prostituirte con los hijos de Asiria porque no había manera de satisfacerte, y seguiste prostituyéndote con ellos y tampoco conseguiste satisfacción.

Santiago 4:4.  Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.

Como no cambiaron y siguieron comportándose como “una esposa que comete prostitución”, Jehová tomó una decisión. Dijo: “Cuando llegué a ver eso, por la mismísima razón de que la infiel Israel había cometido adulterio, la despedí y procedí a darle el certificado de su pleno divorcio” (Jeremías. 3:6-8).

EL ÚNICO MOTIVO PARA DIVORCIARSE

¿Cómo deben entenderse las palabras de Jesús de Marcos 10:11, 12?

Quizás alguien pregunte: “¿Hay algún motivo que permita al cristiano divorciarse y volverse a casar?”. Pues bien, Jesús dejó claro qué pensaba del divorcio: “Cualquiera que se divorcie de su esposa y se case con otra comete adulterio contra ella, y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio” (Marcos. 10:11, 12;

Lucas. 16:18). ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete adulterio.

Está claro que Jesús honraba el matrimonio, y quería que los demás hicieran lo mismo. Quien se divorciaba de su cónyuge fiel poniendo cualquier pretexto y se casaba con otra persona cometía adulterio. Esto es así porque a los ojos de Dios el divorcio en sí mismo no pone fin al matrimonio. Para él, los dos siguen siendo “una sola carne”. Además, Jesús dijo que el que se divorciaba de una esposa inocente la exponía al adulterio. ¿Por qué? Porque en aquel tiempo la mujer divorciada podía verse obligada a casarse para tener sustento. Y ese segundo matrimonio equivalía al adulterio.
 

El único motivo bíblico para el divorcio.

En dos ocasiones, Jesús indicó que el único motivo por el que el cónyuge inocente podía divorciarse y casarse de nuevo es pornéia. ¿Qué significa este término griego? Pornéia incluye toda relación sexual ilícita fuera del matrimonio, lo que incluye el adulterio, la prostitución y las relaciones sexuales entre personas no casadas, así como el sexo oral y anal y la manipulación sexual de los órganos genitales de una persona que no sea su cónyuge.

¿Por qué motivo puede un cristiano divorciarse y volverse a casar?

Pero Jesús indicó también que hay un motivo por el que se puede poner fin al matrimonio. Declaró: “Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra, comete adulterio” (Mateo. 19:9). Había dicho algo parecido en el Sermón del Monte.

(Mateo. 5:31, 32). ”Además se dijo: ‘Cualquiera que se divorcie de su esposa, déle un certificado de divorcio’. 32 Sin embargo, yo les digo que todo el que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, la expone al adulterio, y cualquiera que se case con una divorciada comete adulterio.

En ambos casos, habló de “fornicación”, es decir, inmoralidad sexual (en griego, pornéia). Esta expresión incluye una variedad de pecados sexuales fuera del matrimonio, como el adulterio, la prostitución, las relaciones sexuales entre personas no casadas entre sí, la homosexualidad y el bestialismo. Pongamos por caso que un hombre casado comete inmoralidad sexual. Entonces, su esposa tiene el derecho a decidir si se divorciará o no. Si lo hace, el matrimonio queda disuelto a los ojos de Dios.

¿Por qué podría decidir un cónyuge cristiano no divorciarse aunque tenga base bíblica para hacerlo?

Es significativo que Jesús no dijo que en caso de inmoralidad (pornéia) el cónyuge inocente esté obligado a divorciarse. Por ejemplo, una esposa podría decidir conservar el matrimonio aunque su esposo le haya sido infiel. Quizás siga amándolo y esté dispuesta a perdonarlo y a hacer un esfuerzo junto con él por mejorar el matrimonio. Siendo realistas, si se divorcia y no se vuelve a casar, tendrá algunos problemas. ¿Cómo va a satisfacer sus necesidades materiales y sexuales? ¿Qué hay de la soledad? Y, si tienen hijos, ¿dificultará el divorcio criarlos en la verdad?.

(1 Corintios. 7:14). Porque el esposo incrédulo es santificado con relación a su esposa, y la esposa incrédula es santificada con relación al hermano; de otra manera, sus hijos verdaderamente serían inmundos, pero ahora son santos.

Está claro que el cónyuge inocente que se divorcia enfrentará dificultades.

¿Qué ocurrió en el matrimonio de Oseas?  ¿Por qué volvió a llevar Oseas a Gómer a su casa? ¿Qué lección nos enseña todo esto sobre el matrimonio?

El profeta Oseas vivió una situación que nos enseña mucho sobre cómo ve Dios el matrimonio. Jehová le dijo que se casara con una mujer llamada Gómer. Esta llegaría a ser “una esposa de fornicación” y tendría “hijos de fornicación”. Gómer le dio un hijo a Oseas.

(Oseas. 1:2, 3). Hubo un comienzo de la palabra de Jehová por Oseas, y Jehová procedió a decir a Oseas: “Ve, tómate una esposa de fornicación e hijos de fornicación, porque por fornicación la tierra positivamente se vuelve de seguir a Jehová”.
3 Y él procedió a ir y tomar a Gómer hija de Diblaim, de modo que ella quedó encinta y con el tiempo le dio a luz un hijo.

Más adelante, tuvo una hija y un hijo, probablemente de otro hombre. Pese a que cometió adulterio en varias ocasiones, Oseas siguió casado con ella. Con el tiempo, ella lo abandonó y llegó a ser esclava. Pero Oseas la compró.

(Oseas. 3:1, 2).  Y Jehová pasó a decirme: “Ve de nuevo, ama a una mujer amada por un compañero y que comete adulterio, como en el caso del amor de Jehová a los hijos de Israel mientras ellos se vuelven a otros dioses y están amando las tortas de pasas”.
2 Y procedí a comprarla para mí por quince monedas de plata y una medida de homer de cebada y medio homer de cebada.

Jehová utilizó esta situación para representar todas las veces que perdonó a la nación de Israel después que esta le fue infiel y adoró a otros dioses. ¿Cuál es la lección para nosotros?

Como hemos visto, si un cristiano comete inmoralidad sexual, su cónyuge tendrá que tomar una decisión. Jesús dijo que el inocente tendría un motivo para divorciarse y estaría libre para casarse de nuevo. Pero también podría perdonar. Hacerlo no tendría nada de malo. La Biblia dice que Oseas volvió a llevar a Gómer a su casa. A partir de entonces, ella ya no debía tener relaciones sexuales con ningún otro hombre. Oseas no mantuvo relaciones con ella durante un tiempo.

(Oseas. 3:3, Entonces le dije: “Por muchos días morarás como mía. No debes cometer fornicación, y no debes llegar a pertenecer a otro hombre; y yo también ciertamente seré para ti”. nota, nwt-E).

Pero después seguro que las reanudó. Esto representó la disposición de Jehová a aceptar de nuevo a su pueblo y tener tratos con él.

(Oseas. 1:11; Y los hijos de Judá y los hijos de Israel ciertamente serán juntados a unidad y realmente colocarán para sí un solo cabeza, y subirán del país, porque grande será el día de Jezreel.

Oseas. 3:3-5). Entonces le dije: “Por muchos días morarás como mía. No debes cometer fornicación, y no debes llegar a pertenecer a otro hombre; y yo también ciertamente seré para ti”.
4 Es porque por muchos días los hijos de Israel morarán sin rey y sin príncipe y sin sacrificio y sin columna y sin efod y terafim. 5 Después los hijos de Israel volverán y ciertamente buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y ciertamente vendrán retemblando a Jehová y a su bondad en la parte final de los días.

La lección que aprendemos es que, si el cónyuge inocente decide conservar su matrimonio, al reanudar las relaciones sexuales demuestra que ha perdonado al cónyuge infiel.

(1 Corintios. 7:3, 5). Que el esposo dé a su esposa lo que le es debido; pero que la esposa haga lo mismo también a su esposo. (5)  No se priven de ello el uno al otro, a no ser de común acuerdo por un tiempo señalado, para que dediquen tiempo a la oración y vuelvan a juntarse, para que no siga tentándolos Satanás por su falta de regulación en sí mismos.

Entonces, ya no tiene base para divorciarse. A partir de ese momento, los dos deben esforzarse por ver el matrimonio tal como lo ve Jehová.

HONREMOS EL MATRIMONIO INCLUSO CUANDO HAYA PROBLEMAS GRAVES

Según 1 Corintios 7:10, 11, ¿qué puede ocurrir en algunos matrimonios?

Todos los cristianos debemos esforzarnos por honrar el matrimonio, tal como Jehová y Jesús. Pero a veces algunos no lo hacen, pues somos imperfectos.

(Romanos. 7:18-23). Porque sé que en mí, es decir, en mi carne, nada bueno mora; porque la facultad de desear está presente conmigo, pero la facultad de obrar lo que es excelente no está presente. 19 Porque lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico. 20 Ahora, pues, si lo que no deseo es lo que hago, el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. 22 Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, 23 pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Por eso, no debe sorprendernos que algunos matrimonios cristianos del siglo primero tuvieran problemas. Pablo escribió que “la esposa no debe irse de su esposo”, pero hubo casos en los que ocurrió (lea 1 Corintios 7:10, 11).

1 Corintios 7:10, 11. A los casados doy instrucciones —sin embargo, no yo, sino el Señor — de que la esposa no debe irse de su esposo; 11 pero si de hecho se fuera, que permanezca sin casarse, o, si no, que se reconcilie con su esposo; y el esposo no debe dejar a su esposa.

¿Qué se puede hacer para salvar un matrimonio con problemas graves? (Vea el párrafo 15).

Incluso cuando tienen problemas, ¿qué deben tratar de hacer los cónyuges y por qué? Ocurre lo mismo si uno de los cónyuges no sirve a Dios?

Pablo no dijo por qué se produjeron esas separaciones. El problema no era que el esposo, por ejemplo, hubiera sido inmoral, pues en ese caso la esposa tendría base para divorciarse y casarse de nuevo. Pablo escribió que la esposa que estaba separada debía o bien permanecer sin casarse, o bien reconciliarse con su marido. Los dos seguían unidos para Dios. El apóstol aconsejó a los cónyuges que, si no había habido inmoralidad sexual, trataran de reconciliarse, no importa cuáles fueran los problemas. La pareja podía pedir ayuda a los ancianos. Estos no tomarían partido por ninguno de los dos, sino que les darían consejos con la Biblia.

Probablemente, la situación era más compleja si el cristiano estaba casado con alguien que no servía a Dios. ¿Estaba justificada la separación en caso de que tuvieran problemas? Como hemos visto, la Biblia dice que la inmoralidad sexual es un motivo válido para el divorcio, pero no indica los motivos para la separación. Pablo escribió: “La mujer que tiene esposo incrédulo, y sin embargo él está de acuerdo en morar con ella, no deje a su esposo”.

(1 Cororintios. 7:12, 13). Pero a los demás digo —sí, yo, no el Señor—: Si algún hermano tiene esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en morar con él, no la deje; 13 y la mujer que tiene esposo incrédulo, y sin embargo él está de acuerdo en morar con ella, no deje a su esposo.

Este principio sigue vigente hoy.

¿Por qué han decidido algunos cristianos no separarse a pesar de tener problemas graves en el matrimonio?

Hay que reconocer que en algunos casos el “esposo incrédulo” ha parecido demostrar que no “está de acuerdo en morar con ella”. Quizás sometía a su esposa a maltrato físico muy grave, incluso hasta el punto de que ella pensaba que estaba en peligro su salud o incluso su vida. Tal vez se negaba a mantener a su esposa y al resto de la familia o ponía en grave peligro la espiritualidad de su esposa. En tales casos, algunas cristianas han llegado a la conclusión de que, diga lo que diga su esposo, no “está de acuerdo” en seguir juntos y de que es necesario separarse. Pero otras cristianas en una situación similar no han llegado a la misma conclusión. Han aguantado y han intentado que la situación mejore. ¿Por qué?

Una razón es que la pareja que se separa sigue estando casada y se enfrentará a los problemas que mencionamos antes. Y el apóstol Pablo dio otro motivo para seguir juntos. Escribió: “El esposo incrédulo es santificado con relación a su esposa, y la esposa incrédula es santificada con relación al hermano; de otra manera, sus hijos verdaderamente serían inmundos, pero ahora son santos” (1 Corintios. 7:14). Muchos cristianos leales que han decidido seguir al lado de un cónyuge no Testigo en circunstancias muy difíciles se alegraron de haber hecho ese sacrificio en especial porque su cónyuge llegó a servir a Jehová (lea 1 Corintios 7:16; 1 Pedro. 3:1, 2).

1 Corintios 7:16; Pues, esposa, ¿cómo sabes que no salvarás a tu esposo? O, esposo, ¿cómo sabes que no salvarás a tu esposa?

1 Pedro. 3:1, 2. De igual manera, ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, 2 por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.

¿Por qué hay muchos buenos matrimonios en las congregaciones?

Jesús habló sobre el divorcio y el apóstol Pablo dio consejos inspirados por Dios sobre la separación. Ambos querían que los siervos de Jehová honraran el matrimonio. Hoy, en las congregaciones de todo el mundo hay muchos buenos matrimonios. Es probable que en la nuestra haya muchas parejas felices, en las que el esposo es leal y ama a su esposa y ella ama y respeta a su marido. Todos ellos son una prueba de que se puede honrar y respetar el matrimonio. Nos alegramos de que millones de esposos y esposas demuestren que son ciertas estas palabras de Dios: “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos llegarán a ser una sola carne”

(Efesios. 5:31, “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos llegarán a ser una sola carne.” (33). Sin embargo, también, que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.

 

Que la Gracia Y la paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo este con vosotros

 

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